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Picopaco 30/01/11 22:15
Ha comentado en el artículo Mayor productividad en España: ¿Solución o más problemas?
Sin entrar a valorar el resto de puntos que tocas, hay otro factor importante en España que es origen de una gran improductividad, y es la falta de formación (y de interés en la formación). Yo he visto bastantes empresas con una maquinaria espectacular que nadie tenía ni idea de utilizar, ni ganas de aprender a utilizar, ni ganas de modificar procesos, ni nada. Esto es muy general en España, y da lugar a un trabajo, no sólo caro en horas, sino de peor calidad. Recuerdo un caso en el que una única persona con ganas y formación hacía más y mejor trabajo, en menos tiempo, que otros 10 (todos ellos titulados universitarios, que conste), y encima se permitía echarles una mano a los demás. Después de tratar de impulsar las cosas y mejorarlas y no conseguir gran cosa, acabó largándose, muerto de asco. Echar más horas para aumentar la productividad es una chorrada. Pero hacer las cosas de forma diferente, más innovadora, más rápida, de mejor calidad, y con menos recursos, es una productividad que hay que buscar siempre; y además es el mejor camino para llegar a exportar.
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Picopaco 10/01/11 22:46
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Esta sí que es buena: me dices las cifras oficiales de 2009 para justificar el hambre, yo te digo las de 2010, y resulta que las tuyas son buenas y las mías falsas, viniendo ambas de la misma fuente. Resulta que el hambre puede aumentar en un año en más de 100 millones de personas para justificar tus puntos de vista y no puede decrecer en el mismo número. Esas variaciones son estacionales, y dependen de los baremos de medición: situaciones coyunturales específicas pueden hacer que una persona pase a formar parte de las estadísticas del hambre, y también que las abandone (por supuesto, no para ser rico, pero de alguna forma hay que medir) En serio, pareces una persona muy razonable y pensé que se podía discutir contigo, pero está claro que he pinchado en hueso. Y lo siento muchísimo, porque con una visión tan negativa de todo (leer tu último comentario es desolador para los muchos que colaboramos y dejamos nuestro tiempo por los demás en un trabajo imperfecto pero que da muchos frutos) nunca conseguirás ese objetivo tan estupendo que te has marcado de Cambiar el Mundo. Todos los que han querido cambiar el mundo fijándose en todo lo malo no han echo otra cosa que destrozarlo aún más.
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Picopaco 10/01/11 02:12
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Le era en que estamos no tiene 40 años. Tiene 10, 15 a lo sumo. No se pueden comparar el antes y el después de la era de las comunicaciones (y aún así me remito a la gráfica del porcentaje de población con hambre en el mundo para que veas que en los últimos 40 años sí han pasado cosas buenas). En cualquier caso, para cambiar todo el mundo 10 o 15 años es muy poco tiempo. Y el capital no es paternalista, pero el proceso por el que la globalización "resucita" las zonas más pobres es el siguiente: el capital busca trabajo barato, en tal país lo encuentra (junto con las condiciones adecuadas para poderlo aprovechar, claro), así que lo mueve de un sitio a otro. Mientras en el país destino queda trabajo disponible, lo sigue explotando, como suele hacer, tanto como pueda. Pero cuando ya no queda tanto factor trabajo libre, tiene que competir para tomarlo, por lo que los salarios en esos paises pobres comienzan a subir, lo que empieza a activar la economía interna de esos países. Y el proceso sigue y se realimenta, ayudando al país pobre a salir de sus situación inicial. No es ningún acto de fe. Ya te digo que lo hemos vivido en España. Y no tiene nada de raro pensar que un mercado global tenderá a igualarlo todo, porque si las fronteras pierden importancia, no serán capaces de marcar las mismas diferencias.
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Picopaco 10/01/11 01:51
Ha comentado en el artículo Entropìa, recursos naturales y economìa ecològica
Siendo este un punto interesante (no me pilla de nuevas, por mi formación universitaria tengo amplios conocimientos en termodinámica, física y mecánica), hablar de que el crecimiento económico del hombre está limitado por la segunda ley de la termodinámica aplicada al planeta es como decir que si diéramos de comer constantemente a un mosquito terminaría por no caber en un campo de fútbol... en fin, no tiene mucho sentido hablar de eso, porque antes habría que ver si el mosquito crecería sin estallar, o si no saldría volando, si encontraríamos esa comida o si sufriría alguna mutación que le permitiera buscar un campo de fútbol mayor... En serio, la magnitud de trabajo y entropía que puede alojar la tierra nos da para seguir hablando y creciendo a lo bestia durante muchííííísimo tiempo. Pero puestos en plan teórico, lo que dice Barry Commoner es cierto: con suficiente energía externa se puede eliminar la entropía de cualquier sistema. No es un razonamiento que falle. Simplemente es que al igual que el autor del artículo, Barry Commoner está hablando en un plano totalmente teórico, puesto que aducir la entropía como justificación los límites del crecimiento económico actual es tan teórico como lo anterior. Puestos en plan teórico, siempre podríamos irnos a vivir y extraer materiales a otros planetas, y aplicar la termodinámica al universo entero y decir: ¡qué pequeño se nos ha quedado! :-)
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Picopaco 10/01/11 01:05
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
No he descrito ninguna maravilla, Comstar. Eres tú quien ha dicho que 1790 es comparable al mundo actual, y lo que yo he descrito es lo durísima que era la vida en 1790 para la gran mayoría, especialmente para un granjero, como para que pensemos que ahora estamos peor que entonces. Muy probablemente, si a cualquiera de nosotros nos soltasen en esa época como granjeros, habría que ver si no andaríamos llorando por las cosas que tenemos hoy. No me puedo creer que tenga que seguir comparando. Pero bueno, sigamos: En el planeta, y a lo largo de la historia, el porcentaje de seres humanos con hambre normalmente ha sido mucho mayor que uno de cada 6. Hasta en los pueblos más desarrollados se daban hambrunas en las que prácticamente el 99% de la población pasaba hambre, cosa que hoy no ocurre. (Ya que citas los 1.000 millones de personas que pasan hambre, mira en este enlace la evolución en porcentaje de este dato http://www.fao.org/hunger/hunger_graphics/es/ Verás que sólo en los últimos 40 años se ha reducido a la mitad, y eso es un dato esperanzador, aunque aún quede mucho por hacer) Lo mismo aplicaba para todo tipo de epidemias y catástrofes naturales -algunas inundaciones o terremotos llegaban a aniquilar poblaciones enteras-, en las que ni siquiera un triste avión de ayuda humanitaria acudía para tratar de paliar el hambre o controlar las epidemias (capaces de diezmar completamente la población mundial) Y respecto a EUA ¿Qué autobuses públicos había en 1790? ¿Y cuántas escuelas públicas en las zonas de granjeros y en qué condiciones? ¿cuántos policías? (por no hablar de los sheriffs de poco tiempo después, porque allí las cosas se resolvían a tiros) Y de las casas no vacantes de los granjeros, ¿cuántas estaban diseñadas por arquitectos y tenían servicios básicos y un mínimo de seguridad? ¿o acaso eran casas hechas por el granjero de turno y dos amigos, por supuesto de madera, que ardían a la menor oportunidad -bomberos ni en sueños-, cuyas condiciones de higiene eran bastante mejorables? ¿cuántas personas vivirían en sitios más inseguros e insalubres que un túnel actual? ¿cuánta gente moriría de hambre? (que cuando las cosechas se daban mal, los granjeros pasaban hambre de verdad, sin food stamps ni gaitas). Si dices que el 55% han vivido la amenaza de ver reducidos sus ingresos, será mucho mayor el porcentaje de granjeros que vivía con esa amenaza de forma permanente por las condiciones meteorológicas. Quienes, por cierto, no estarían preocupados por su jornada laboral, que más o menos era de sol a sol, no ocho ni diez horas, ni media jornada... porque trabajar todo el día es lo que le ha tocado a prácticamente toda la población mundial hasta hace bien poco. Y todo esto, suponiendo que fueras blanco, porque si eras negro ni siquiera tenías derechos y te tocaba ser esclavo. Aunque bueno, hablar de derechos, seguridad, legalidad, y todas esas cosas, en 1790 era prácticamente una ilusión para la gente ajena a las grandes ciudades. No pierdas la perspectiva, Comstar. Saber reconocer los logros de una sociedad y un sistema es fundamental para poder mejorarlo sin destrozarlo todo.
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Picopaco 09/01/11 22:02
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Bueno, es que hemos de ser conscientes de que esta nueva era, creada a partir de la generalización del uso de ordenadores, móviles e internet, y que desembocará en una gran globalización y otro montón de cosas que aún no conocemos (entre las que aventuro a decir que se incluirán una gran revolución energética y una implantación descomunal de la robótica) está prácticamente en pañales. Las personas estamos empezando a darnos cuenta de las nuevas posibilidades que todo esto nos brinda, de conocer y comprender cómo es el mundo en otros sitios, y sólo ahora comenzamos a darnos cuenta de que habrá que hacer cambios importantes para poner en marcha todo eso que apreciamos será bueno. Cambios a los que se resistirán, por supuesto, los más favorecidos hoy día. Así que llevará su tiempo, aunque nos gustaría que los cambios fuesen más rápidos. Pero es un proceso imparable. Entre otras cosas, porque somos muchísimos los que queremos que ocurra y hablamos de ello. Y como va tan despacio, nos parece que no está dejando beneficios. Pero sí lo hace, y muchos. Y respecto a la globalización, yo creo que los países occidentales nos estamos engañando. Creemos que hemos sacado mucho provecho de la fabricación barata y deslocalizada, que nuestras multinacionales se están forrando a base de explotar a chinos, indios y africanos, y que todo esto es muy injusto para ellos. Pero creo que ocurre precisamente lo contrario: los grandes favorecidos de la globalización serán los que ahora parecen más perjudicados. La economía de todos esos países ha sentado las bases para resurgir, sus sistemas educativos mejoran para atender a la demanda de mano de obra y las motivaciones para sus individuos son potentísimas (mientras que en occidente dormitamos y dudamos entre tirarnos en el sofá a ver la tele o jugar a la consola). A corto plazo puede parecer que nos estamos aprovechando (tampoco hay que olvidar que antes no veíamos lo mal que estaban en estos países, porque el escaso desarrollo de las comunicaciones no nos lo mostraba tan vivamente como ahora) pero a largo plazo todo son motivos para la esperanza de estas naciones y de preocupación para los insolidarios occidentales. En España, tras la guerra, supimos lo que era el hambre y no tener nada. Y el ser mano de obra barata para quienes eran más ricos. Pero fue eso precisamente lo que nos hizo crecer y llegar al nivel de vida que tenemos hoy día. No dudo de que con China, India o Brasil terminará ocurriendo lo mismo. Y habrá sido, en buena parte, gracias a la globalización. Sin saberlo, y probablemente sin quererlo, los poderosos de occidente están exprimiendo tanto la situación que ellos mismos serán quienes más contribuyan al cambio de las cosas. Puede que haciendo otras cosas aceleremos el proceso. Pero aun sin forzar los cambios, se van a producir. Y sólo puedo decir que me alegro.
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Picopaco 09/01/11 21:36
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Te respondo sin duda ninguna: SI. En 1790, un granjero siempre estaba prácticamente al borde de la pobreza. Debía trabajar de sol a sol como un bruto para ir tirando con cierto desahogo, y rezar para que no viniera un año de mal tiempo o sequía porque si no traspasaba de largo cualquier umbral de pobreza (aunque en las estadísticas siguiera figurando como granjero y no en paro). Sus posibilidades de tener medicinas, o trato sanitario aceptable eran mínimas, y muy probablemente asistiera a la muerte de alguno de sus muchos hijos o de su mujer por complicaciones durante uno de los partos. Por no hablar de las condiciones de higiene, que hacían decenas de veces más preocupante el punto anterior. Igualmente, la educación, la electricidad o incluso el agua corriente le eran prácticamente desconocidas. Su esperanza de vida era décadas inferior a la actual, y sus posibilidades de crecer o desarrollarse personal e intelectualmente estaban prácticamente anuladas por no disponer de medios de comunicación(libros, radio, internet, etc...), trasporte (con suerte algún caballo) o accceso a otras personas (el universo total de gente que podía llegar a conocer, y por tanto, que podían influenciarle o transmitirle ideas era de muy pocos miles de personas en toda su vida). Y no digamos si sufría alguna lesión física y se veía impedido para ser granjero: estaba abocado prácticamente a la mendicidad... ¿sigo? Está claro que hay muchísimas cosas que arreglar y mejorar, pero hay que reconocer la increíble mejora que ha experimentado el mundo estos años (y lo que lo seguirá haciendo). Es más, deberíamos felicitarnos porque la vida de un sin techo en un país occidental hoy día es claramente mejor que la de un granjero modesto de hace un par de siglos. Y de que yo pueda presumir, siendo una persona totalmente normal, de vivir mucho mejor que cualquier persona que viviera hace dos siglos, sin necesidad de oro, esclavos ni sirvientes. En eso consiste el progreso, y mucho hemos progresado.
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Picopaco 08/01/11 13:35
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Yo no creo que sea tan fácil. El sistema está formado por muchísimas cosas, algunas con efectos positivos y otros negativos, y tocar sólo unas puede estropear las otras. Por ejemplo, el consumismo exacerbado (algo que a mí me parece muy malo) tiene el efecto positivo de permitir que las personas y las empresas innoven y lancen nuevos productos, lo que se traduce en un gran incentivo a la investigación y desarrollo (algo que a mí me parece muy bueno, si no lo mejor, de este sistema). Pero a su vez, las empresas alimentarán ese consumismo, lo que lleva a una pérdida de valores y a un aumento de la infelicidad. La globalización de la economía puede tener efectos perversos, como la pérdida de trabajos en países desarrollados o algunas ineficiencias, pero al mismo tiempo permite ir desarrollándose a los países más pobres y universaliza el conocimiento y mejora las eficiencias en la producción. Y así podríamos seguir con los efectos de la banca, la democracia y muchos otros componentes del sistema para ver cómo no es nada fácil reconstruirlo sin dejarlo peor que estaba. Y de hecho, yo creo que el cambio pasa más por lo contrario: una globalización de la economía basada en la armonía y la colaboración, en lugar de la competencia, en la que en lugar de mirar por la economía de Dinamarca, USA o España, se mire por el bien de las personas en todo el mundo. Aún queda muchísimo para hacer algo así, pero creo que es el único camino para afrontar los problemas que abordamos ahora, por vez primera, como especie, y no como pequeños reinos y países.
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Picopaco 08/01/11 13:21
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Estoy de acuerdo en que este sistema tiene muchas cosas que cambiar, pero eso de que "no hace que el mundo mejore"... El mundo está hoy día infinitamente mejor que hace 50 años. Y el espectacular despegue tecnológico que hemos vivido, y que pone tantísimas cosas a nuestro alcance, es producto del sistema que tenemos (no hay más que ver el estado tecnológico de quienes no han implantado este sistema: léase cuba, China hasta hace muy poco, la mayoría de países islámicos, etc...) Es más, la principal diferencia de entonces a ahora, es que el avance ha sido tan espectacular que hoy día está a nuestro alcance resolver problemas que hace unas décadas ni siquiera hubiéramos soñado poder abordar, como eliminar el hambre en el mundo, universalizar la educación o erradicar las guerras. Y resolver estos problemas, que no por haber parecido irresolubles dejan de ser capitales, requiere muchos cambios importantes en el sistema. Pero hay que ser justo y reconocer que son problemas que han existido siempre, no algo que le debamos a las perversidades del sistema.
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Picopaco 07/01/11 22:58
Ha comentado en el artículo China frente a la segunda dècada del siglo
Claro que no todo es blanco o negro, pero hay límites que no se pueden pasar. Y China los pasa todos (sólo que a Occidente, como le viene muy bien para vivir a todo tren, pues mira para otro lado). Porque pasando ciertos límites, todo es muy fácil. ¿Resolver la escasez de recursos? Castración mundial del 99%.¿Resolver la inseguridad ciudadana? Pena de muerte por cualquier delito ¿Detener el cambio climático? Apagar todas las fábricas, centrales y coches del mundo. La dificultad de la economía y de la vida radica precisamente en que no todo vale, en tratar de conseguir que el mundo siga mejorando manteniendo la dignidad humana y los derechos de las personas.
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