Jens Søndergaard, analista de divisas en Capital Group, afirma que se percibe ampliamente que China tendrá un apalancamiento significativamente aumentado en los próximos años. El razonamiento es simple: el ratio de deuda/PIB sigue subiendo. Sin embargo, una mirada al ciclo financiero ofrece una perspectiva muy diferente. El ciclo alcanzó máximos en 2013 y el mercado de viviendas en China ha crecido a menor velocidad desde 2012, una desaceleración que ha más que compensado el aumento del ratio deuda/PIB. Las autoridades parecen estar gestionando exitosamente una recesión gradual en el ciclo financiero de China. Esto no implica un logro. Cuando elaboramos por primera vez un ciclo financiero para China en 2014, la posibilidad de una fea crisis bancaria surgió especialmente. Tres años después, no había emergido ninguna crisis, mientras que el gobierno ha afrontado el problema permitiendo en parte que aumenten los niveles de deuda. Dicho esto, los riesgos bajistas para la economía y la divisa han desaparecido. Una estabilización del ciclo económico requerirá que el ratio de crédito en relación al PIB se estabilice y, en última instancia, caiga. Desafortunadamente, el ritmo de la creación de deuda se ha acelerado en los últimos dos años. Incluso aunque el ratio de deuda/PIB de China todavía no se ha dado la vuelta, el mercado de viviendas de China está retrocediendo –lo que es una señal pesimista para el ciclo financiero chino-. El suave descenso del ciclo financiero de China - Componentes del ciclo financiero de China Índice de si los precios de la vivienda y el crédito crecen más deprisa o más despacio que sus tendencias a medio plazo y por encima de cero desde sus primeros puntos de datos, que son de 1986 para China ¿Cuándo tocará fondo el ciclo financiero de China? Por desgracia, el momento para el cambio de tendencia parece estar fuera de contemplación en nuestra previsión actual. En ciclos anteriores, la segunda fase del ciclo generalmente ha constituido un periodo positivo para la renta variable, por lo que vigilamos muy de cerca los desarrollos. Una transición de la primera fase a la segunda podría beneficiar ampliamente a muchos mercados emergentes cuya suerte está estrechamente ligada a China, así como a la economía global en su conjunto. Últimamente, la Fed ha prestado una gran atención a las condiciones globales a la hora de deliberar sobre la política doméstica. Como consecuencia, el momento de la desaceleración en el ciclo financiero de China podría dar una pausa a los legisladores estadounidenses –incluso si las condiciones domésticas incitan a una subida de tipos de interés-. La economía global podría desestabilizarse por una política monetaria en Estados Unidos más estricta en un momento en el que China –uno de los principales motores económicos del mundo- está en la fase bajista de su ciclo financiero.