Ha comentado en el artículo
CNMV, Brookfield y Grifols, el trio calavera.
Yo quiero traer aquí el principio de Hanlon, que establece: «Nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez». Me parece completamente aplicable a la CNMV... aunque tendría más dudas al aplicarlo a la familia Grifols.En todo caso, yo ni de coña invierto ahí; no quiero mi dinero cerca de alguien de quien me tenga que preguntar si será maldad o estupidez... yo como Napoleón, que quería a su lado generales con suerte. ¡Ah! Y si son empresas sin deuda, o casi, muchísimo mejor.