La diversificación es fundamental al momento de configurar una cartera de inversión. Lo podemos hacer desde varios puntos de vista y uno de ellos es la diversificación geográfica para reducir y ajustar el riesgo.
¿Qué es la diversificación geográfica de inversiones y por qué importa?
Como decíamos antes, la diversificación geográfica de inversiones consiste en configurar una cartera de inversión teniendo en cuenta la distribución en activos de varios países. Con ello reducir el riesgo y mejorar el rendimiento ajustado al riesgo de una cartera con la premisa de que las económicas y mercados no se desempeñan de la misma forma.
✅ Entre los principales beneficios tenemos la reducción al riesgo país, acceso a mejores oportunidades, una cartera más estable y diversificación cambiaria.
🚨 Entre los riesgos: el cambiario, costos, comisiones y diferencias en las regulaciones de cada país.
🌍 La diversificación geográfica es importante por los siguientes motivos:
- Alta volatilidad económica: Nuestro país cuenta con ciclos recurrentes (Inflación, recesión y devaluaciones) Por lo que invertir únicamente en activos locales puede llevar a un shock en la cartera
- Riesgo cambiario y adquisitivo: Las constantes variaciones en el precio del peso frente al dólar, sin olvidar los varios tipos existentes, pueden reducir el poder adquisitivo. Por lo que la diversificación geográfica es vital para proteger el capital frente a la devaluación
- Mercado limitado: La bolsa argentina tiene pocas empresas grandes y diversificadas, reduciendo la liquidez y oportunidades de inversión. Por lo que acudir a mercados internacionales es una excelente opción para la diversificación
- Exposición a economías más estables: Ante una económica local en constante incertidumbre, podemos diversificar la cartera con otras economías con mayor estabilidad
- Fácil acceso: Los CEDEARs nos permiten invertir en mercados internacionales de forma sencilla
¿Cómo aplicar la diversificación geográfica desde Argentina?
Para aplicar la diversificación geográfica debemos tener en cuenta los siguientes criterios:
- Definir el objetivo y perfil de riesgo: Determinar el horizonte temporal (Corto, mediano o largo plazo), el perfil de riesgo (Conservador, moderado o arriesgado) y proporción en monedas (Dólares o pesos)
- Usar CEDEARs para invertir en el exterior en distintos activos como acciones o ETFs
- Diversificar con fondos comunes de inversión (FCI)
- Invertir de forma directa en el exterior a través de brókers extranjeros: Aunque hay que tener en cuenta las regulaciones cambiarias, presentación de ganancias, costos y transferencias
Podríamos distribuir la cartera de la siguiente forma:
40 % EE. UU.
25 % Europa
20 % Asia y emergentes
15 % Argentina / Latinoamérica
Instrumentos disponibles para invertir en el exterior
Para invertir en el exterior desde nuestro país tenemos dos opciones disponibles:
- CEDEARs: Instrumentos que se negocian en BYMA representando a acciones del exterior, pero invirtiendo de forma local en pesos o dólares. Podemos encontrar acciones propiamente dichas o ETFs para poder diversificar geográficamente nuestra cartera de forma simple y sencilla, aunque no con gran liquidez
- Mercados internacionales: Operar directamente en el exterior a través de brókers internacionales. Estos cuentan con una mayor liquidez, pero estamos más expuestos a la volatilidad del cambio y puede haber mayores costos y comisiones. Por lo que es prudente analizar detenidamente al bróker antes de operar
¿Cuáles son los beneficios y riesgos de diversificar geográficamente una cartera?
Pros
- Reduce el riesgo país y la exposición a crisis locales
- Protege frente a la devaluación del peso y la inflación
- Permite aprovechar distintos ciclos económicos
- Brinda acceso a sectores globales no disponibles en el mercado local
- Mejora la relación riesgo/rendimiento de la cartera
- Incrementa la estabilidad ante shocks internacionales
- Diversifica monedas y tasas de interés
- Aporta seguridad jurídica y transparencia en mercados desarrollados
Contras
- Concentrar inversiones en una sola economía extranjera
- No considerar el impacto del tipo de cambio
- Desconocer la dinámica política y económica de los mercados destino
- Duplicar exposición a los mismos activos sin notarlo
- No analizar costos y comisiones internacionales
- Falta de seguimiento o rebalanceo periódico
- Sobrediversificar hasta diluir los rendimientos
- Invertir sin un objetivo claro ni horizonte definido
Diversificar geográficamente puede ser una herramienta poderosa para proteger y potenciar una cartera, pero también conlleva desafíos que deben gestionarse con criterio. En un país como Argentina, donde la volatilidad económica es estructural, invertir fuera de las fronteras nacionales suele verse como una estrategia de resguardo. Sin embargo, hacerlo sin planificación puede tener el efecto contrario.
Uno de los principales beneficios es la reducción del riesgo país. Al distribuir el capital entre economías con distintos niveles de desarrollo, estabilidad política y marcos regulatorios, se disminuye la dependencia de los eventos locales, inflación, restricciones cambiarias o defaults soberanos, que pueden afectar directamente las inversiones domésticas.
Al mismo tiempo, la exposición a monedas fuertes como el dólar o el euro ofrece protección ante la devaluación del peso y la pérdida del poder adquisitivo. Los activos internacionales actúan como un “seguro” frente al riesgo inflacionario interno, algo especialmente valorado por los inversores argentinos.
Otro aspecto positivo es la posibilidad de aprovechar distintos ciclos económicos. Mientras ciertas regiones atraviesan recesión, otras pueden encontrarse en expansión, compensando resultados y estabilizando el rendimiento global del portafolio. De hecho, esta diferencia de ciclos es una de las bases de la diversificación efectiva.
Además, invertir en el exterior permite acceder a sectores con baja representación local, como tecnología, biotecnología o energías renovables. Esto amplía las oportunidades de crecimiento a largo plazo y permite participar en tendencias globales que en Argentina aún no tienen un mercado desarrollado.
Sin embargo, junto a estos beneficios aparecen riesgos que suelen pasarse por alto. Uno de los más comunes es invertir en exceso en una sola economía extranjera, como Estados Unidos o China. En ese caso, el inversor sustituye un riesgo local por otro, y la diversificación pierde sentido.
También es frecuente subestimar el riesgo cambiario. La apreciación o depreciación de una moneda puede alterar los resultados finales en pesos. En este punto, herramientas como los CEDEARs resultan útiles, ya que permiten exposición internacional manteniendo operaciones en moneda local.
Otro riesgo importante es invertir en mercados cuya dinámica no se conoce, sin comprender su política monetaria, fiscal o su contexto institucional. Esto puede traducirse en decisiones poco acertadas o en una mala lectura de los riesgos regulatorios.
La duplicación de activos es otro error clásico: comprar una acción directamente y también a través de un ETF que la incluye genera una falsa sensación de diversificación. Igualmente, no revisar comisiones ni costos de intermediación internacionales puede afectar la rentabilidad neta.
Por último, hay dos problemas más sutiles pero frecuentes: la falta de seguimiento y la sobrediversificación. Una cartera internacional requiere monitoreo continuo y ajustes periódicos; sin ellos, se pierde el control de la exposición real. Y si se diversifica demasiado, las ganancias se diluyen y el rebalanceo se vuelve ineficiente.
En resumen, diversificar geográficamente ofrece un potencial significativo de estabilidad y rendimiento, siempre que el inversor defina sus objetivos, conozca los mercados donde participa y controle los riesgos operativos y cambiarios. Una estrategia bien diseñada no solo protege el capital frente a la incertidumbre local, sino que amplía las oportunidades de crecimiento global de forma equilibrada y sostenible.