Estamos en un equilibrio internacional tan lleno de distorsiones que mantenerlas indefinidamente parece más barato que sincerar los desequilibrios que caracterizan a la economía global aun cuando esto suene preocupante. ¿Alguna vez ajustará el Euro a la severa realidad que padece la economía real en Europa?
Es probable que el Euro siga existiendo y por lo tanto, enfrentándose a sus inconsistencias internas. La salida del Euro y la destrucción de los contratos en moneda única que han sido inmersos en una economía global sería tan trágica que sus consecuencias lo tornan impracticable. A los principales bloques del mundo probablemente les convenga subsidiar las ineficiencias del Euro in-eternum que sincerar su fracaso.
¿Por cuánto tiempo más seguiremos con esta interminable estrategia de Bancos Centrales del G10 de emitir dinero y mercados reflacionando automáticamente en consecuencia? Con los serios dramas no resueltos por Europa y sin embargo sus respectivas curvas de yields tuvieron un rally formidable desde junio del año pasado a la actualidad.
Portugal por ejemplo, en el peor punto del año pasado llegó a rendir a 10 años 16%, mientras que hoy lo hace alrededor del 7%. Si suponemos una duration de 7 años, dicha posición está fácilmente 65% positiva. Lo paradójico es que la Europa comprometida sigue jugando a que todo está bien aun cuando todo está mal ene special el ritmo de su economía.
Últimamente los mercados financieros han mostrado la enorme distorsión monetaria en la que se desenvuelven. ¿No se pueden solucionar todos los problemas del mundo simplemente emitiendo dinero no? Pero a pesar de que este argumento reflacionante por momentos parezca insostenible la pregunta relevante a hacerse es: ¿a qué bloque relevante le conviene que esta fiesta reflacionante culmine? ¿Quien se anima a anunciar que el equilibrio subyacente se ve mucho peor que el estado inflacionario de cosas que percibe la sociedad?
Que un bono americano a 10 años rinda solamente 1.68% indica que esos precios al haber sido altamente intervenidos entraron en una de las tantas burbujas a las que ya nos acostumbró esta crisis, burbujas cuyo destino final desconocemos. Estamos inmersos en un equilibrio tan vulnerable que ha tornado a los principales bloques del planeta en cómplices del mismo y en sostenedores en última instancia de un equilibrio actual que es potencialmente inestable en el largo plazo.
También parece evidente que el Euro como concepto es fracaso. Pretender que diecisiete economías con productividades diferentes puedan vivir como si todas fuesen Alemania también desafía al sentido común y las consecuencias reales están a la vista: la economía española a gritos reporta un desempleo del 26% como así también los griegos anuncian uno del 27.2%. ¿Cuándo le llegará al Euro el tiempo de convertirse en un estabilizador automático de esta realidad y sincerar sus problemas subyacentes?
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