Te venden el empleo como una carrera profesional y emprendedora cuando en realidad no eres más que otro ”colocador de productos” de la entidad en exclusividad y con un contrato de “falso autónomo”. Sueldo muy bajo que te lleva a colocar productos de jubilación con unas comisiones denunciables, (80% de la aportación anual) y unas vinculaciones de por vida para que no se pueda traspasar el producto.
Todo ello incentivado por unos supervisores que te marcan horarios, objetivos, reuniones obligatorias... ¿donde se encuentra esa autonomía y objetividad que te quieren vender en el interminable proceso de selección que por cierto incorpora a un bancario y a la misma vez un vendedor de café?
Vendedores de humo con aires de broker
