Bajo la forma que sea, puesto que la experiencia ha acabado dando la razón a aquellos que promovieron ser cautos ante el proceso de organizar a toda la Unión Europea bajo una misma moneda.
Hoy en día algunos países deben sobrevivir bajo el riesgo constante de una salida del euro, pero cuando entraron, aquello pareció la panacea que curaría todos los males. Los líderes desde entonces no han cambiado y ellos siguen siendo los que se benefician.