Algo pasó el 22 de Mayo. Todo venía bien y de pronto pareció como si la Tierra dejara de girar. Se sintió un fuerte temblor que siguió casi sin parar hasta finales de Junio. De pronto comenzó a amainar y los ahorristas e inversores pasaron del pánico vendedor a la codicia compradora nuevamente.
Es que esta dinámica pendular sistemáticamente se cumple siempre. Los precios suben hasta que a alguien le parece mucho y sale a vender; y los precios bajan hasta que alguien que le parece mucho y sale a comprar.
La pregunta que sistemáticamente vuelve es:
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¿Y cómo se cuando llegó al techo para vender y al piso para comprar? ¡Vos que estás en esto tenés que avisarme!
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Estimado amigo lamento decirle que no estoy en el negocio de la adivinación.
El momento justo para comprar o para vender tiene mucho mas que ver con un ejercicio de adivinación que de análisis. El disparador puede ser cualquier cosa. Tal fue el caso del asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo el disparador para que estallara la Primera Guerra Mundial. Nadie en su sano juicio pensará que fue la causa…sino claramente un disparador.
Y en ese sentido el 22 de mayo no estuvo ajeno a un disparador. Los mercados estaban en valores históricamente records, el Índice S&P 500 en cuatro meses mostraba un rendimiento que en situaciones normales lo generaría en dos años. Y es que no estamos en una situación normal. La clara muestra de que la manipulación que de los mercados ha hecho la Reserva Federal, ha tirado por la borda a los fundamentos. Pues bien, volvamos al tema.
Sucedió que el Presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, anunció que según las proyecciones que manejaba la Reserva Federal, los buenos datos que la economía norteamericana estaba experimentando, permitiría a finales del año 2012 comenzar a retirar el estímulo monetario a los mercados. Esto es comenzar a reducir el monto de compra de bonos que al día de hoy ascienden a 85 billones de dólares por mes. Y que durante el primer semestre del año 2014 terminaría por eliminarlo.
Ni mas ni menos que eso. Ni se mencionó subir las tasas de interés de referencia, y se utilizó sistemáticamente palabras en condicional como nunca antes. El cuidado que ha tenido Bernanke en su speach diría que pareció casi “de señorita”. Sin embargo el mercado reaccionó con violencia.
Nada de fondo ha cambiado, con excepción de las expectativas. La pulseada entre el mercado y la Reserva Federal es evidente. Sin embargo recordemos el adagio “Don´t Fight the FED”.
Las acciones cayeron, pero más lo hicieron los bonos evidenciándose un nuevo paradigma con el que tenemos que convivir. Antiguamente cuando caían las acciones, subían los precios de los Treasuries. Y a su vez cuando volvía el apetito por el riesgo, se vendían Treasuries, su precio caída y se compraban acciones y el precio subía. En situaciones de pánico prolongado también subía el Oro.
Pues bien acá no pasó nada de eso. Cayó todo al mismo tiempo. En distinta magnitud pero el “flight to quality” fue hacia el billete verde. Cayeron los bonos, las acciones, todas las divisas se devaluaron respecto al dólar.
Rápidamente salieron diversos gobernadores de bancos regionales y algunos miembros de la Reserva Federal a “poner paños tibios”. Aludiendo incluso que en caso de necesidad no solo no quitarían los estímulos sino que están en condiciones de aumentarlos.
Esta es una síntesis de la película. Ahora ¿qué hacemos con nuestra cartera?
Sin lugar a dudas habrá experimentado una fuera caída. Un solo grupo de personas no ha perdido dinero con este movimiento, ese grupo es conocido como “mentirosos”. No se desanime.
Los papeles de buena calidad y que el emisor no está experimentando riesgo de crédito se han recuperado incluso más rápido que las acciones.
Es momento de si tiene cash, aprovechar a comprar aquellos bonos que carecían de todo interés debido al muy bajo rendimiento a consecuencia de su alto precio.
El escenario de tasas muy bajas se mantendrá, lo que necesariamente cuando el pánico se diluye, comienza una corrida hacia los papeles de compañías serias con cupones altos. Hoy puede comprarlos con interesantes descuentos.
La vedette son todos aquellos bonos High Yield con vencimientos largos pero con CALL Date hasta el año 2015. Al actual nivel de tasas, llegado el momento del call, aquellas compañías sólidas podrán emitir nuevos bonos a tasas mas bajas para recomprar estos de tasas mas altas.
¿Y cómo me puedo beneficiar con esa situación?
Es que al aproximarse la fecha del call los precios de los bonos convergen a la par. Hoy puede comprarlos con descuento importante. Es casi un “must” el upside que tiene en el precio, además del cupón que le paga. Como interpretar estos datos y volcarlos a su favor, serán motivo de próximas notas.