LOS COLCHONES DE BASILEA III
Resulta interesante recordar que en España, desde 1999, se ha dispuesto de “provisiones estadísticas”, una herramienta anticíclica cuya utilidad ha sido reconocida por el propio Comité. Dichas provisiones se basan en la filosofía básica de que, en tiempo de bonanza, los bancos debían guardar provisiones, no exclusivamente en función de la morosidad presente, sino también en función de la morosidad futura. En todo caso, aunque el Comité de Basilea ha reconocido la utilidad del enfoque, no lo considera alternativo al de los “colchones” de Capital. (Ortega Fernández, Raimundo, 2011)
En todo caso, al igual que ocurre con los otros requisitos establecidos por El Comité en Basilea III, cabe cuestionarse cuáles serán los efectos de los nuevos “colchones de Capital” sobre la evolución de la economía. Siempre con el fin de lograr una visión completa y, en la medida de lo posible, objetiva, se realizará un repaso bibliográfico de los argumentos de varios autores.
El propio Comité de Supervisión, realiza una evaluación de estos requisitos y concluye que “los supervisores contarán con mejores herramientas para promover la conservación de Capital en el sector bancario. La implementación del marco mediante normas de conservación de Capital internacionalmente acordadas ayudará a aumentar la resistencia del sector en fases recesivas y proporcionará los mecanismos para reponer el Capital durante la recuperación económica. Además, el marco es suficientemente flexible para permitir una gama de respuestas supervisoras y bancarias congruentes con las nuevas normas”. (Banco de Pagos Internacionales, 2010d, p.7)
Por otra parte, el Informe del Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, “Basilea III y los retos de la banca”, coincide con mi opinión. Argumenta que, mientras que los colchones de Capital son un instrumento, sin lugar a dudas, útil en la lucha contra la ciclicidad del sistema bancario, las penalizaciones que se establecen en caso de incumplimiento del mínimo del colchón de conservación, podrían acarrear, llegado el caso, consecuencias perjudiciales para las entidades bancarias. Concretando, en el caso de que alguna entidad no cumpla con el mínimo del 2,5% en su colchón de conservación, se establecen restricciones al reparto de beneficios. Ante esta situación y, con el fin de alcanzar el mínimo exigido, es posible que la entidad deba recurrir a la búsqueda de Capital adicional en el mercado. Sin embargo, las restricciones al reparto de beneficios, pueden ser una barrera a la captación de dicho Capital, pues harán disminuir el interés de los inversores en estas acciones (en caso de ser una S.A.). Llevando dicha situación al extremo, el Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, advierte que las restricciones al reparto pueden ser una medida que, en lugar de proteger a la entidad bancaria, la hunda por completo.
