La última semana tuvimos una novedad importante en torno a una de las personalidades más importante de la historia de las bolsas: Warren Buffett. El ingreso del balance trimestral de su fondo, Berkshire Hathaway (BRK-B), sorprendió positivamente con ganancias mayores a las esperadas.
Sin embargo, esa no fue la mayor novedad. Lo relevante es que Berkshire recompró acciones propias por un total de US$ 928 millones durante el tercer trimestre, estrategia que no llevaba a cabo desde el 2012. La acción reaccionó con una suba de más de 5% y a partir de allí se instaló el debate en todo el mercado: ¿Es positiva o negativa la señal?
Mientras que la gran mayoría de los analistas tienen un sesgo optimista sobre la movida, particularmente pienso que es una señal negativa para todo el mercado en general.
Avancemos…
¿Qué implica una recompra de acciones propias?
Cuando una empresa recompra sus acciones con fondos propios suele ser una noticia alentadora en dos sentidos.
Por un lado, es el propio management (insiders) de la compañía la que toma la decisión. Ellos tienen más información que cualquier accionista sobre el avance de las operaciones de la firma y si consideran que no hay mejor oportunidad que invertir el dinero excedente en acciones propias es porque realmente se encuentran baratas.
Adicionalmente, el segundo punto relevante tiene que ver con un “mimo” hacia los accionistas. Cuando la empresa recompra acciones propias suma una demanda adicional a la acción, defendiendo el precio del activo en el mercado y dándoles un sostén a los accionistas de la firma. Además, esas acciones que se van recomprando ya no formarán parte de la distribución futura de dividendos ni del cómputo del capital social, lo que permitirá al minorista en el futuro cobrar más dividendos por acción.
En definitiva, la recompra de acciones es un elemento muy positivo para el accionista o inversor de esa compañía.
¿Por qué el caso de Berkshire es distinto?
Como señalé anteriormente, creo que la recompra de acciones propias que lleva adelante el conglomerado de Warren Buffett no es una señal alentadora para todo el mercado en general. Quizás sí lo pueda ser para los accionista de BRK-B, pero no lo es para toda la bolsa.
Hace un tiempo largo, al menos 2 años, que Warren Buffett viene señalando en la Asamblea Anual de Accionistas que no han encontrado empresas de valor atractivas para invertir en ellas. Esto claramente fue un mensaje que resonó con fuerza en Wall Street: en líneas generales, el mercado de acciones está caro.
Pee a esta advertencia, las bolsas siguieron subiendo en 2017 y, con mayores problemas, en 2018. La contracara de este movimiento alcista en las acciones fue la acumulación de liquidez de Berkshire durante el mencionado período.
De acuerdo a los números del balance reciente, la posición de caja llega a más de US$ 100 mil millones. Si consideramos que el portafolio de acciones de Berkshire tiene una valoración de US$ 207 mil millones, entonces la liquidez representa un 48% del total de las inversiones que tiene el holding.
Si se trata de una firma distinta a BRK-B, creo que no sería un problema. Incluso destacaríamos la solidez financiera de la misma. Pero al tratarse del emblema de él gurú más importante de los mercados, entonces debemos tomar esa señal como un gran signo de interrogación hacia adelante para la tendencia de los mercados.
La paciencia es una de las grandes virtudes de los inversores de largo plazo. Quizás llegó el momento de tener más liquidez que la tradicional en el portafolio a la espera de interesantes oportunidades que se den si los mercados comienzan una corrección de mayor magnitud.