A raíz de la reciente crisis financiera se esta intentando, por parte de las autoridades financieras, corregir los errores del pasado. Uno de los más sonados, a nivel mediático, fueron la colocación de productos financieros complejos y no complejos a inversores minoristas, los cuáles brillaban por su desconocimiento de la materia (caso de las preferentes).
Uno de los factores clave de tal escándalo fue la poca regulación y la desprotección del minorista, lo que sumado, a un momento de locura financiera dio como resultado un nefasto panorama, especialmente para el inversor espontaneo que está o estaba a merced de la voluntad de la entidad.
Como prevención para que no se produzca un nuevo panorama similar, entre otras medidas, desde el ministerio de economía y finanzas se ha redactado una nueva regulación en lo que a la obligación de información y clasificación de productos financieros se refiere, la que entrara en vigencia a partir del 5 de febrero del 2016. Leer más
Si por alguna cosa creo que se diferencia una cartera profesional de una cartera retail o doméstica, a parte de los millones en ella, es su forma de gestión. Los criterios a la hora de comprar un activo o no o de ampliar posiciones o reducirlas. Creo que si queremos estar vivos en esto por mucho tiempo debemos plantear nuestra cartera en base una operativa a largo plazo y ser conscientes que esto es un juego dónde el que mueve pocas fichas y es paciente sale mejor parado que todos. Precisamente creo que esta es o debería ser la mentalidad de un buen gestor, la cual creo que esta a años luz de llegar en el sector retail. De echo la maquinaria comercial del trading esta diseñada precisamente para que el retail pueda creer que puede aprender a leer el mercado en 2 horas y ganar mucho en poco tiempo (algo que corto plazo puede suceder pero que a largo plazo es insostenible).
Entonces, que criterio o criterios deberíamos seguir para configurar nuestra cartera? El control óptimo del riesgo.
Cuando digo que hay que llevar un control del riesgo no me refiero al tipico gancho comercial de bróker de 'hay que arriesgar una unidad y aspirar a ganar 3 y por cada 10 operaciones con una tasa de aciertos del 30% habremos ganado un 20% en un día malo' (que fácil parece forrarse así, y el tonto de Soros contratando a los mejores quants y sacando solo una mediana del 40% anual).
El control óptimo del riesgo pasa por disponer de una buena data/histórico de los activos y calcular la volatilidad de estos. Para el cálculo de la volatilidad histórica de un activo basta solo con aplicar una formula de suma sencillez y fácil de deducir
Vn= , dónde:
n=activo en cuestión
Vn=Volatilidad del activo dentro del rango calculado
ny=punto de partida 'y' del activo en cuestión (por ejemplo hoy)
nx=punto de partida 'x' del activo en cuestión(por ejemplo 5-03-2015)
Restamos 1 ya que al realizar la operacion 'ny/nx' obtenemos el cociente que 'ny' representa en 'nx' por lo que deducimos que la diferencia es la variación que ha sufrido el activo en cuestión
Cómo la volatilidad siempre tiene que ser un valor positivo (no tiene lógica hablar de volatilidad negativa así como si puede tenerlo hablar de rentabilidad negativa) elevamos la diferencia del cociente a 2 y acto seguido le buscamos su raíz cuadrada
Operado esto tendremos la volatilidad del activo que queramos.
Una vez dispones de la volatilidad de cada activo por separado simplemente hemos de agregar dichos valores de volatilidad en relación a su peso en la cartera y de esta forma obtener la volatilidad global de la cartera. Simplificándolo en forma quedaría algo cómo
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Sin embargo, a partir del segundo año, no se detecta un bono con una rentabilidad creciente, cómo es habitual en la renta fija, si no decreciente.