Pues bien, pocas pero importantes cosas han pasado en estas últimas dos semanas. Luego de lo que en mi opinión fue un “globo sonda” que soltó el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke, para evaluar como reaccionaría el mercado ante el retiro de los estímulos monetarios, se obtuvo una clara medición: El señor mercado se enojó como un niño caprichoso que le quitan su juguete favorito y rompió cuanta cosa encontró a su alrededor.
Como comentara en un artículo anterior,
la Reserva Federal logró calmar la tempestad justo antes de que comience el período de publicación de resultados de las compañías norteamericanas. Hasta acá muy bien, sin embargo lo más importante es como interpretar las mediciones del “globo sonda” para determinar que puede esperar de su cartera.
El chip si bien salió del modo “Pánico”, no retornó del todo al modo “Codicia”. La situación quedó mas o menos así: El rendimiento de los bonos norteamericanos a 10 años que en el mes de Abril lo encontrábamos en 1.52%, ahora está en 2.5%. Un salto no menor sobre todo para el corto tiempo en el que se produjo. Dicho de otra forma, ya nadie quiere un bono norteamericano a 10 años que le rinda 1.52%. Ahora quiere 2.5%...Si bien puede parecer un ajuste mínimo, mas aún al ser en términos anuales, el impacto en los rendimientos de todos los bonos del mundo emitidos en dólares fue muy fuerte. Es que el rendimiento de un bono se compone de dos partes: Tasa Libre de Riesgo + Prima de Riesgo. La primer parte de la ecuación acaba de subir…y simultáneamente subió la segunda parte, con el consecuente aumento en la demanda de rentabilidad de todos los bonos en circulación.
Aquellos bonos emitidos con tasa fija, ante esta realidad, la única manera de que sea atractivo es que el precio que el paga el inversor por el bono sea menor al que venía siendo. Podemos compararlo con el alquiler de un departamento. Pongamos este ejemplo:
Un departamento que vale USD 100.000 lo alquila a USD 600 por mes; lo que le deja una renta bruta anual de 7.2% (antes de impuestos).
Si las condiciones de mercado hacen que el inmueble pase a valer USD 80.000, el alquiler sigue siendo de USD 600 por mes pero el rendimiento es sensiblemente mayor. Hagamos la cuenta: 600 x 12 = 7.200.
7.200/80.000 = 9%
Mismo apartamento, mismo alquiler, rentabilidad diferente… un inversor puede estar dispuesto a comprar un departamento si le deja una renta del 9% pero no si le deja 7.2%
En el mercado de bonos es exactamente igual, con la diferencia de que al no haber una cotización en tiempo real de los inmuebles, muchos se sienten tentados a pensar que su precio no varia. Un grave error.
Por otra parte, el mercado de inmuebles y activos financieros tienen una particularidad que comparten. Y es que cualquiera de ellos están expuesto a situaciones de mercado, coyunturas transitorias favorables y desfavorables que permiten hacer compras y ventas de oportunidad.
Yendo al caso de los bonos, nos encontramos con dos puntos importantes a tener en cuenta:
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Sin ninguna duda el mercado sobre reaccionó al “globo sonda” que lanzó Ben Bernanke. Ante esa sobre reacción han aparecido posibilidad de comprar bonos de compañías que unos meses atrás hubiese sido impensable. Háblelo con su asesor financiero que seguramente podrá orientarlo y mostrarle muchas opciones.
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Estamos ante un nuevo nivel de tasas libre de riesgo superior. Lo que obliga a que los rendimientos de los bonos en dólares aumenten.
¿Ya hora que podemos esperar?
Puede hacer algunas compras de oportunidad de aquellos bonos que experimentaron caídas de 10 a 15 puntos porcentuales en su precio respecto al máximo de Marzo, con el objetivo de que paulatinamente aumenten de precio. Sin embargo, hay que tener la precaución de no esperar que alcancen los valores máximos de Marzo. Sería razonable esperar una recuperación que se arbitre al nuevo nivel de tasas libre de riesgo pero de ninguna manera sería prudente esperar a que vuelvan a los valores de Marzo.