Desde fines del año pasado el mercado se embarcó en descontar una robusta recuperación de la economía americana. Con la decepción del ISM de inicio de semana y el decepcionante dato de ADP, el mercado por primera vez en mucho tiempo parecería querer dudar e insinuó operar con un escenario macro-fundamental distinto: el colapso de la 10yr yield y el rally inicial del Yen contra el Dólar Americano a mediados de semana indicaban tenuamente que aun con un S&P en rojo el Dólar podía exhibir presión vendedora. Lo que no se entiende es el comportamiento del oro en este contexto, pero como comenté muchas veces, el oro es el activo que más me confunde por una sencilla razón: puede comportarse totalmente al revés en un mismo escenario por lo que prefiero quedarme al margen.
La economía mundial sigue plagada de problemas muy graves tales como la crisis de deuda europea, una jaula financiera en Chipre y un gigantesco déficit americano. Los datos macroeconómicos en USA venían hasta esta semana en general, saliendo mejor desde meses lo cual sirvió para fortalecer al entorno subyacente de extrema liquidez con mercados subiendo aun con un Dólar Americano firme.
En ocasiones resulta útil dedicar al menos un instante a cuestionarse la diferencia entre optimismo y exuberancia más aun observando la reacción del mercado al anuncio del Banco Central de Japón del pasado jueves (BoJ). El permanente estado de vigilancia desde los principales centrales del mundo ha contaminado a los mercados con un sesgo a la toma de riesgo casi en forma permanente. El colapso de las volatilidades implícitas en el VIX que venimos observando desde 2012 está reflejando esta realidad.
Sin embargo, esta preocupación a nivel macro pareció quedar totalmente neutralizada ante el anuncio del BoJ en su intento de duplicar su balance de bonos en los próximos dos años. La reflación mundial está para quedarse por mucho tiempo más y si no alcanzan los Dólares, se le sumarán Yenes, Libras Esterlinas, y cuanta moneda esté dando vuelta por el planeta siendo el claro ausente una Eurozona que sigue más preocupada por inflación que por pérdida de empleo. En un mundo que lo único que hace es emitir dinero de todas las denominaciones, no hacerlo ha convertido a Europa instantáneamente en un hawk relativo perdiendo claramente niveles de empleo y el BCE sigue firme sin reacción preocupado por una inflación potencial que no se ve por ningún lado.
El BCE firme a su postura de no hacer nada anunció mantener constante su nivel de tasa de referencia en 75 puntos básicos nuevamente mostrando indiferencia monetaria ante un mundo que le está jugando una clara guerra de monedas. Si bien nadie lo dice porque ser pesimista quedó fuera de moda por el momento, la economía de Europa está en un delicado estado con una recesión creciente y tasas de desempleo alarmantes para países como España y sin señales de mejoría cercana. La indiferencia monetaria de Europa la ha dejado sola en un entorno de mega-emisión monetaria. En este contexto el Euro sigue siendo un claro sell (venta).
Operar fundamentos de mediano plazo parecería ser una reliquia del pasado: por cada día de pesimismo se vienen 30 días de reflación. Si esto no es un burbuja mundial yo nací en Júpiter.