El oro exhibe una característica que siempre me preocupa en un activo financiero: se puede comportar de dos formas totalmente opuestas ante un mismo escenario. Es ya demasiado complicado predecir cómo los mercados se comportarán en el futuro cercano como para adicionalmente intentar adivinar el comportamiento de un activo específico ante un escenario dado.
Esto no ocurre para la generalidad de activos. Si hay aversión al riesgo, los Treasuries Americanos suben, si por el contrario existe optimismo global, los mismo bajan. Lo mismo ocurre con el S&P, el DAX, El Dow, el Nasdaq, el Dólar Australiano, el Euro, etc. por citar algunos ejemplos.
Lo sumamente interesante de esta dinámica tan especial del oro es que esta dicotomía en el mismo está reflejada en las volatilidades implícitas de sus opciones en una clara oposición por ejemplo a lo que le ocurre a las volatilidades implícitas del SPY tal como analizaremos en los párrafos siguientes. Comparemos entonces las volatilidades del GLD (ETF que replica al oro) vs. el SPY (ETF que replica al S&P).
Con un spot al cierre del viernes 15 de febrero para el GLD en 155.76, un put ATM (at-the-money con strike 156) a junio 2013 cotiza a una volatilidad implícita de 14.50% mientras que un call ATM (at-the-money con strike 156) operó con una volatilidad cercana a 13.80%. Se hace útil resaltar la marcada simetría en volatilidades lo que denota una puja equilibrada entre bulls y bears reflejando probablemente la dicotomía de comportamiento a la que aludo.
Con las opciones de SPY por el contrario, a junio 2013 la asimetría es muy significativa marcando un comportamiento opuesto. Un put ATM (at-the-money con strike en 152) cotiza con una volatilidad implícita del 15% mientras que un call equivalente ATM (at-the-money con strike 152) lo hace muy por debajo en 10.80%.
Esta marcada discrepancia en la simetría de las curvas de volatilidades del GLD versus el SPY parecería describir a un mercado que para el caso de équities en USA está mucho más preocupado en cubrirse a estos niveles que en seguir apostando a rallies. Para el caso del GLD el mercado está mucho más balanceado quizá por la dificultad en predecir el movimiento del oro ante un escenario determinado.
Habiendo dicho esto, es importante hacer algo de historia. Al viernes el GLD cerró en 155.76. El GLD comenzó el 2012 en 155.92, llegando por mayo 2012 a un mínimo de 150. En octubre 2012 quebró 173 y desde ahí comenzó un colapso sistemático a los niveles de hoy en 155.76 marcando un descenso del 10%.
El oro más que actuar como un safe-haven (hedge ante aversión al riesgo) se ha comportado como un activo protector de exceso de liquidez internacional. Si sobran los Dólares, los Yenes, las Libras Británicas, etc. el oro ha actuado como un hedge contra los marcados excesos de liquidez generados a través de los distintos QEs realizados por los bancos centrales de USA, Japón e Inglaterra.
Dada la reciente sustancial baja en el GLD y dado que el entorno de monetización permanecerá, armar una posición long GLD en estos niveles parecería comenzar a tener lago de lógica. Incluso para hacer más agresiva a la posición, la posición a construir no sea LONG GLD vs. AHÓ DÚAS, sino LONG GLD vs. AHÓ Yen (FAX). Quizá un ralle del GLD contra una adicional devaluación del Yen podría apalancar aún más la posición.